Memento
Este martes pasado vinieron mis amigos de Madrid. A pesar de que no llegaba tarde a recogerlos a la estación de Victoria fui corriendo por el metro para llegar lo antes posible de las ganas que tenía de verles. En mi cabeza no hacía más que imaginar el momento de verles y poder abrazarles por fin.
Como bien sabía desde antes que llegaran, su estancia aquí se hizo corta, pero como también sabía fue intensa y todos los que pasaron por aquí han dejado un gran recuerdo por cada rincón y persona que han conocido. Sin poder evitarlo el último día que estuvieron aquí me lo pasé puteado por saber que eso se acababa. Ahora mismo estoy contento de estar tan jodido por lo que eso significa.
Su despedida fue este viernes pero uno de ellos, Javi, se quedaba un día más por una diferencia con los billetes. Estuve por la mañana con él andando por Kensington Park y por Camden Town, al llegar a casa me fui casi de seguido a ver a Unearth. Al volver del concierto Javi se va hacia el aeropuerto porque inevitablemente tiene que regresar a Madrid. Tras despedirme de Javi vuelta a casa para la fiesta de despedida de Kim. Fiesta de despedida, menuda mierda ¿acaso las fiestas no son para celebrar cosas?
Con agujetas por todo el cuerpo de la paliza que me pegué ayer en el concierto me ha despertado Kim esta mañana para decirme que se vuelve a Alicante. Conozco a su madre me despido de Kim y me quedo con cara de gilipollas. Estoy tan hecho mierda que creo que ni me doy cuenta.
El martes viene Emma, una australiana de 19 años con la que beberemos gazpacho y sobre todo mejoraremos nuestro inglés. Me apetece tan poco este cambio que no se si ponerme a correr por media ciudad o simplemente esperar sentado a que vayan pasando cosas.
Mañana es lunes.